Seguidores

viernes, 28 de octubre de 2011

Bitácora de un día de Bronce!


"hoy haré combate con la pasión y el amor con el que doy las charlas a los muchachos en Venezuela” Fue mi primer pensamiento al despertar esa mañana de la competencia, fueron las palabras que me prepararon para un día que traería retos, alegrías, ilusiones, triunfos y derrotas, pero que ultimadamente cerraría de la mejor manera y todo sería un éxito.

Una lluvia de pensamientos caía sobre mi mente, expectativas, ideas, una infinidad de sentimientos normales a esos minutos precompetitivos. Hoy sólo había una cosa que hacer: mi mejor esfuerzo. Si al final del día sentía que siempre di lo mejor de mí pues estaría satisfecho.

Dar cualquier cosa menor a tu mejor esfuerzo es sacrificar tu talento. Steve Prefontaine

Pase por la primera ronda con un solo revés, incluso venciendo a quien luego se coronaría con la presea dorada en el evento. Los nervios ya disipados y una idea más clara de lo que la competencia me deparaba me ubique de cuarto dentro de la clasificación con un cuadro que se prospectaba bien hasta el cuadro de medallas.

Entre gritos de la fanaticada oriunda y aplausos del entrenador venezolano logré derrotar al favorito de los mexicanos a pesar de un comienzo un poco sorpresivo. “Usa tu fortaleza, sabes que este combate es tuyo, pero trabájalo, usa tu inteligencia” Fueron las palabras que me llevaron a cambiar de estrategia para derrotarlo 15-10.

“Ahora por el pase a medalla, usa tu física, tu adversario querrá arrollarte con la suya pero tú tienes herramientas para contrarrestarlas” Fue mi idea antes del combate contra el cubano, pero no esperaba que su emoción lo cegara por completo de cualquier intento de juego táctico ligeramente elaborado. “8-3 el score? ¿Qué pasó Hernán Enrique? Aja… no reaccionas a mi defensiva, pues sucumbirás a mi ofensiva” Toque a toque, marcha a marcha, tiempo a tiempo remonté un combate que parecía ya casi entregado a manos cubanas. Pero no contaban, con que mi Espíritu de Campeón fuese mucho más grande que cualquier monumento jamás construido. Me tocaba una vez, yo tocaba tres. Así sabía que no me ganaría, por eso mantenía la calma a pesar de los reveces momentáneos. Finalmente, en el momento decisivo logré tomar la ventaja para coronarme con la victoria y eufóricamente correr por la emoción de mi primera medalla panamericana.

Determinemos que eso que queremos puede y debe ser conseguido, y hemos de conseguir la forma. Abraham Lincoln

“Hernán, Hernán! Ven que te quieren entrevistar” me gritaba nuestro delegado y  bailando de emoción me dirigí a las cámaras donde sabía que no me importaba lo que me preguntaran, sólo quería agradecerle a mi familia por estar pendientes. Solo quería tener la oportunidad de decirle a mi novia que la amo desde la televisión. Que linda experiencia definitivamente. Poder brindarles emoción y alegría a mi familia y a todos los venezolanos que me seguían desde sus televisores.

Un hombre de verdad dedicado tiempo de verdad a su familia. El Padrino (de la película el Padrino)

Largas horas pasaron antes del próximo combate. Horas llenas de emoción e intriga por el próximo combate. Horas que pasaron casi volando, sin darme un respiro para planificar con detalle la próxima estrategia.
Ante un duro competidor caí sorprendido por una táctica poco convencional. Todo paso tan rápido que solo mirando atrás puedo entender lo que paso. Pero no decaigo, el sueno sigue vivo y las ganas más vivas que nunca.

Puedo aceptar fallar. Todos fallamos en algo. Pero no puedo aceptar no intentar. Michael Jordan

Dios actúa de maneras misteriosas. Justo después del combate me llamaron (como a todos los finalistas) para el control de dopaje lo que me permitió poder estar solo y reflexionar sobre toda la experiencia.
Me decía a mi mismo: Fui el mejor latino del evento. Fui vencido por el ganador de la competencia. Soy el primer Venezolano sablista en largos ocho a-os (por lo menos) en ganar medalla individualmente. Es mi primer evento individual en juegos y logré medalla. Logré trabajar durante esta semana en desarrollar un esquema de combate que me permitió la medalla. Ahora, tengo un punto de partida para trabajar en un esquema de combate que me permita cambiar la medalla de color. Y así será.

Se agradecido por lo que tienes y terminarás teniendo más. Si te concentras en lo que no tienes (o no conseguiste), nunca jamás tendrás suficiente. Oprah

Para mi es importante que el final de una experiencia sea feliz. Que me haga querer vivir esa experiencia de nuevo. No quería dejar la competencia con el mal trago de la derrota. Pero a medida que salía de la zona de la premiación con mis maletas parecía que ese era el último recuerdo.

Y nuevamente Dios en su infinita sabiduría me envío decenas de ángeles de todas las edades “te puedes tomar una foto conmigo?” “me das tu autógrafo?” “oye yo también hago sable, ¿me das tu autógrafo?” “felicidades campeón!”. Niños, jóvenes y adultos mexicanos me abrazaban como si fuese uno de ellos y celebraban junto a mí esta medalla tal como si fuera de ellos mismos. Que buena experiencia para cerrar el evento, esa experiencia si me gustaba. Ese fue el cierre magnifico de un día que comenzó con buen pie.

Agradezco muchísimo a toda mi familia que me envío sus energías desde Venezuela, a mi hermosa novia que siempre me ha apoyado, y a todos los esgrimistas y deportistas venezolanos y latinos que me dieron sus felicitaciones a través de las distintas redes sociales. Su apoyo es muy bien recibido y guardado profundamente en mi corazón.
Los quiero a todos! GRACIAS TOTALES!!!!

lunes, 24 de octubre de 2011

El valor de la recompensa

¿Alguna vez te has preguntado porque te ves tan tentado a abandonar los planes que tienes para conseguir tus metas? ¿Te has fijado cuantas personas dejan las dietas a mitad de camino? ¿O porqué aunque una pareja esté dispuesta a recuperar su relación a menudo se cansan de “intentar”?

Ahorita estoy leyendo un libro de el autor llamado Anthony Robbins que se llama “Awaken the Giant Within” (despierta el gigante dentro de ti). Allí explican el porqué de este fenómeno y una forma de contrarrestarlo. En este nuevo escrito les ofrezco algunas reflexiones al respecto que espero les ayuden a tener un camino más entusiasta y constante hacia sus metas.

Algunos dicen que lo más importante acerca de tener metas, es tener unaY es cierto, las metas te ayudan a crecer y a expandir tus capacidades en el conglomerado de habilidades que necesitas para alcanzarlas. Las metas son para muchos la gasolina que te hace despertar con alegría cada mañana.

Sin embargo, el entusiasmo de una nueva meta pronto se disipa entre la rutina de las actividades diarias que te llevan a ella y de los inevitables y hasta necesarios obstáculos. E incluso si no prestas atención, es probable que termines abandonando el plan hundido en la ansiedad de querer ver los resultados manifestados. Recuerda, como dice Marianne Williamson :

“Todos estamos destinados a brillar así como lo hacen los niños. Nacimos para manifestar la gloria de Dios que está dentro de nosotros”

Tú sabes que la meta está allí y que es realmente posible alcanzarla si logras seguir tu plan durante el tiempo necesario. Pero ¿cuál es el tiempo necesario? En muchas ocasiones es casi imposible calcularlo. Todo dependerá del tiempo en el que puedas desarrollar y pulir estas nuevas habilidades a la vez de que se te presenten las oportunidades para aplicarlas ¿cierto? ¿No te ha pasado que has logrado conseguir todo lo que necesitas para un proyecto pero el tiempo no llega para aplicarlo? ¿O a veces, llega el momento de usarlo y no lo tienes? Como dice Les Brown:

Es mejor estar preparado para una oportunidad y no tenerla, a tener una oportunidad y no estar preparado”

Entonces ¿cómo hacer para vencer esa ansiedad tan destructiva? De una forma muy sencilla cuya respuesta encontramos en el entrenamiento de animales.

Muchos han visto como a un perrito le dicen “siéntate” y él viene y se sienta. O como le dicen “dame la pata” y el perrito le da la patica a su amo. ¿Cómo llegaron a enseñarle eso? El proceso de sentarse o de dar la pata es una actitud compuesta de varios “mini pasos”. Cada mini paso debe ser recompensado con una galletica o algo que le guste al perro. A medida que el perro aprende a hacer un mini paso bajo comando, se le enseña que debe hacer el siguiente para obtener el premio. Y así sucesivamente hasta que hace todo el truco de forma continua y se sienta.

¿Qué hubiese pasado si premiaran al perro solo después que hiciera el último paso? Dudosamente hubiese logrado algo, no tendría ninguna motivación para aprender y recorrer los pasos anteriores.

Lo mismo pasa con nosotros. Sentarse para el perro puede ser para algunos como controlar sus hábitos alimenticios, mejorar su relación o desarrollar el hábito de estudio. A pesar de que racionalmente entendemos que hay una meta mayor por la que trabajar, es fácil desmotivarse si no hay una recompensa o una sensación de logro después de cada mini paso. Nuestro sistema nervioso trabaja bajo el mismo principio de recompensas. Las recompensas no tienen que ser de una galletica, ni incluso la recompensa financiera de un proyecto, puede ser una recompensa meramente emocional como auto-felicitarte por tu esfuerzo, reconocer el avance que has hecho o admitir que has mejorado por darte este “mini paso”. Esta auto-recompensa permite que en nuestro cerebro quede grabado la satisfacción por haber dado un paso más y que busquemos la misma gratificación a través de dar el siguiente paso (noten que digo “auto”, propia, la mayor gratificación es la de sentir y darnos cuenta nosotros mismos que hemos mejorado sin necesidad de que otros nos lo digan). Algo tan sencillo como sonreír y disfrutar por haber dado ese paso es una gratificación extremadamente poderosa.

¿Verdad que tiene sentido? Es como hacer una receta nueva, a medida que vas agregando ingredientes y vas probando te gusta lo que haces y te motivas a seguir los pasos para seguir sintiendo esa gratificación de que va quedando sabroso.

Sea cual sea la meta que busquemos siempre estará compuesta de muchos pasos. Pasos como: elegir salir de la rutina y dedicarte a trabajar en tu meta (date una recompensa), elegir dejar de lado algo que te gusta mucho hacer pero que no es lo que más aporta a tu meta (date una recompensa por eso), saber que has dominado una habilidad que te aproxima a tu meta (date una recompensa por eso). A nivel energético, darte recompensas es una forma de ser agradecido por lo que has logrado. Y como dice Oprah:

Se agradecido por lo que tienes y terminarás teniendo más. Si te concentres en lo que no tienes (o esperas alcanzar la última meta para recompensarte), nunca jamás tendrás suficiente.

Cuando creas este ciclo de mini paso -> recompensa generas en ti una circulación de energías y motivación que te hace seguir hacia adelante, hacia tu meta. Y sobre todo, el saber que cada mini paso te hará merecedor de una recompensa, la cual tu mismo puedes darte, te hace disfrutar del camino con mayor plenitud y control.

Evitemos esperar la recompensa del premio, el cheque, la medalla o el reconocimiento público para sentirnos bien. Comienza desde ya a reconocer cada uno de los pasos que te llevan a tu meta y recompénsate cada vez que los des.

Vivan en Grandeza.
HEJ

martes, 18 de octubre de 2011

¿Has estado cerrando la puerta de tu Éxito?


 “Cada obstáculo trae consigo la semilla de un beneficio similar o mayor”

Que alivio es el aceptar que todo lo que pasa en tu vida tiene una razón de ser. Todos y cada uno de esos obstáculos que afrontamos en nuestros caminos siempre están allí para dejar de ser piedras en el camino y convertirse en escalones hacia el éxito.

Y de esta verdad fui testigo nuevamente anoche. Eran ya más de las doce de la noche y aún esperaba recibir un documento el cual debería de haber usado hoy a primera hora. De repente recibí un correo de la persona encargada de esto diciendo que dentro de poco lo recibiría, “un par de minutos” ella dijo. Recuerden, eran ya más de las doce de la noche. El sueño me vencía, así que para mantenerme despierto comencé a ver videos en youtube mientras conversaba con mi amor. Sin darme cuenta, terminé viendo unos videos de un conferencista motivacional especializado en ventas llamado Brian Tracy. Nunca antes le había parado mucho, pero anoche algo en su discurso me hizo prestarle atención. De él escuché una historia interesante, basada en hechos de la vida real, la vida del gran escapista Harry Houdini (quién por cierto nació en Hungría). La historia fue relatada luego de su muerte por su esposa; e iba más o menos así:

Houdini fue considerado como el Campeón Mundial de los escapistas. Era reconocido mundialmente por su habilidad para salir de cualquier caja, liberarse de cualquier cadena, camisas de fuerzas. Solía amarrarse con cualquier cantidad de artilugios y arrojado a una piscina o al mar para luego salir ileso y libre de todo esto. Era uno de los shows más impresionantes de su época.

Cuando estaba en el pináculo de su carrera fue presentado con uno de los retos más importantes de su vida. Recién se había construido en las costas de Gran Bretaña una de las cárceles más modernas y a prueba de escapes que jamás se haya construido. Tenía barrotes hechos de las aleaciones más fuertes, paredes increíblemente gruesas y cerraduras tan sofisticadas e intrincadas que eran prácticamente imposibles de abrir. El reto para Houdini era el de encontrar la forma de salir de la cárcel en menos de una hora. Si lo lograba se le daría un premio de 50 mil dólares (hoy sería equivalente a 1 millón de dólares) y por supuesto mantendría su honor y reconocimiento como el más grande escapista del mundo. Si no lo lograba, o si rechazaba la oferta, pues su reputación sufriría muchísimo y eso era algo que este escapista húngaro no estaba dispuesto a arriesgar, así que aceptó.

Houdini y cientos de periodistas y aficionados se trasladaron a esta cárcel para ver lo que sería el reto de su vida. ¿Es realmente un escapista o es todo un truco? Se preguntaba la gente. De seguro, en la mente de Houdini sólo estaba el deseo ansioso de mantener su reputación y demostrarle a todos que él si iba en serio.

Fue entonces trasladado hacia una celda de alta seguridad, desnudado y encerrado. El reloj comenzó a correr y marcaba el tiempo lentamente corriendo hacia el límite, una hora. La esposa de Houdini cuenta que desde muy pequeño él había desarrollado la habilidad de jugar con las cerraduras de las puertas y abrirlas sin problemas. Así mismo aprendió a esconder en “ciertas partes de su cuerpo” las herramientas que usaría para liberarse. Pues, así fue. Saco sus herramientas y comenzó su rutina de abrir la cerradura.

Totalmente desnudo, parado en frente a la cerradura, con el tic toc del reloj y con sus herramientas en mano manipulaba la cerradura súper sofisticada y de repente CLICK. Lo logré! Dice Houdini, entonces empuja la puerta y nada pasa. La puerta sigue cerrada. Con una mirada de intriga decide volver la cerradura a su posición original y comenzar el proceso de nuevo. Maniobra una y otra vez hasta que de nuevo CLICK. Empuja la puerta y esta vez, nada pasa tampoco. Una vez más regresa la cerradura a la posición original. Varios Clicks escuchó mientras el tiempo corría. El tiempo pasaba rápidamente, estaba exhausto, bañado en sudor y con el tic toc del reloj que cada minuto se hacía más fuerte Houdini seguía intentando, Escuchando clicks una y otra vez, empujando la reja una y otra vez y volviendo la cerradura a su posición original con más frustración cada vez.

Finalmente, voltea hacia el reloj y nota que sólo queda un minuto. Ve sus manos sudorosas, las herramientas se les resbalan de los dedos. Después de un suspiro lleno de decepción, se da cuenta que ha sido vencido. En frustración, deja su cuerpo inclinarse hacia la reja y su frente se apoya de esta hábil enemiga. Y en ese momento, la puerta… se abre.

Lo cierto es que la puerta nunca estuvo cerrada. Desde el momento en que Houdini fue encerrado, asumió que eso fue lo que hicieron “encerrarlo” y se puso a trabajar de inmediato en “abrir” la cerradura. Cada vez que sonaba Click, lo que estaba haciendo era cerrando la puerta. Cada vez que la volvía al lugar original la estaba abriendo. Lo único que lo mantuvo dentro de esta celda por estos largos 59 minutos fue su propia percepción de haber estado encerrado.

¿Acaso no somos así a veces? Nuestra percepción de la situación es que estamos “encerrados” en una situación, que el problema está presente y no hay nada que podamos hacer, que el camino al éxito es intrincado y quizás no es para ti, como es que sigas tropezando con la misma piedra una y otra vez. ¿Suena esto a algún pensamiento tuyo?

Todas estas “celdas” en las que pensamos que estamos están allí solo por una razón. Para demostrarnos que el camino está abierto para nosotros. Que sólo cuando decidamos cambiar nuestra perspectiva de la situación nos daremos cuenta que las puertas están abiertas hacia lo que queremos lograr. Dejemos de cerrar la cerradura con pensamientos negativos, dudas de nosotros mismos o, peor aún, de la sabiduría divina y de la razón para sus designios. Aceptemos que no hay una reputación que mantener, un premio que ganar o un reloj contra quien competir, sólo hay una puerta con una cerradura que está abierta siempre para nosotros esperando a ser empujada. Empujada con alegría, empujada con disfrute pleno de las actividades que hagamos, empujadas con una confianza plena de que lo lograremos. Empujada para mostrar el camino exitoso, dichoso y feliz que estamos destinados a vivir.

Entonces, ¿Cuáles son las celdas en tu vida? ¿Sigues pensando que hay una llave especial para abrir esta puerta? ¿U optas por aceptar que la llave está dentro de ti y que todo lo que necesitas hacer es abrir la puerta?

Vivan en Grandeza
HEJ

domingo, 16 de octubre de 2011

Un par de Pasos para EXPLOTAR tu Talento


El talento es un don que Dios nos ha dado en secreto y que nosotros revelamos sin darnos cuenta.

Qué buena frase ¿verdad?  Estas pocas palabras encierran una sabiduría enorme así como una verdad universal. Dios, en su infinita sabiduría, ha sabido darnos las herramientas que necesitamos para alcanzar lo que nos propongamos en la vida. Como dije en mi entrada anterior, no siempre te da un martillo si quieres clavar un clavo, pero te muestra donde podrás conseguir uno. Él deja en tus manos la decisión de ir y comprar el martillo, o dejarlo para “después”. Pero siempre te dará la oportunidad. Siempre!

Todo el talento que necesitas, está dentro de ti. Esta dentro de cada uno el potencial infinito de brillar más allá de lo que jamás hemos imaginado. Pero, ¿cómo sacamos ese potencial a la superficie? ¿Cuáles son los pasos a seguir para explotar todo tu potencial?

Si estuviésemos jugando Quien Quiere ser Millonario seguro que estas fuesen las últimas preguntas. Pero el premio es mucho mayor que 100 millones. El premio es la felicidad y la dicha de sentir que cada día eres lo mejor que puedes ser, y que cada día mejoras a granel!

Honestamente, dudo que haya un “uno, dos y tres” de cómo sacar tu potencial a relucir. Tampoco ninguna pastillita ni fórmula mágica. PERO, estoy segurísimo que existen por lo menos dos pasos.

Paso 1: acepta que el talento ya lo tienes. Si, ya lo tienes. Dentro de ti esta ese talento esperando para salir. Esperando como una semilla espera el agua que la ayudara a hacer raíces para luego salir a la superficie y disfrutar de los rayos de sol. Así mismo esta la semilla de tu talento esperando que le llegue el agua de la aceptación de su existencia (de tu aceptación), para luego sentar las raíces en la tierra de tu esfuerzo diario y finalmente salir a la superficie para disfrutar de los rayos de tus acciones y resultados.

Un primer paso sencillo ¿verdad? Ese es un paso que estoy segurísimo que existe. ¿Segundo paso?

Volvamos a la frase de Montesquieu. La segunda parte dice “y que nosotros revelamos sin darnos cuenta”. Muchas interpretaciones se les pueden dar a esta frase. Aquí les ofrezco la mía y dejo que ustedes mismos decidan aceptarla o crear otra.

¿Alguna vez has tenido la sensación de que el tiempo pasa rapidísimo cuando haces algo que te gusta? ¿O has sentido como que las cosas que a otros se le complican, tú las haces fácilmente y con una sonrisa en el rostro? ¿Quizás has leído algo que te gusta por  horas sin parar ni cansarte? ¿Te ha pasado que estudias la materia que más te gusta y captas todo rápido?

¿Qué tienen todas estas situaciones en común? Dos cosas, TÚ y la sensación de alegría y disfrute. Tan sencillo como eso. No es para nadie un secreto de que cuando haces lo que te gusta nunca te cansas, nunca lo ves como un trabajo u obligación y SIEMPRE salen las cosas mejor. Siempre estás dispuesto a aprender más de ello. Siempre quieres hacerlo mejor, no porque “tienes” que hacerlo, si no porque quieres, porque te gusta! Y “sin darnos cuenta” todo fluye y hacemos uso de todas nuestras facultas y talentos!

Yo creo que a eso se refiere Montesquieu con “y que nosotros revelamos sin darnos cuenta”. A esos momentos de pleno disfrute y entrega a la actividad donde todo fluye. Sentimos de corazón que eso es lo que queremos hacer en ese momento y lo hacemos sin ninguna queja.

Escuche hace poco que aquello que amas hacer es lo que viniste a hacer. Y yo creo que eso es muy cierto. Una madre ama a su hijo y siente que eso es lo que vino a hacer. Un profesor ama enseñar y por eso se dedica a transmitir conocimientos a sus alumnos. Un atleta ama su deporte y por eso se dedica de lleno al desarrollo de su mente y cuerpo para hacer la mejor ejecución que pueda en todo momento. ¿Verdad que si?

Antes de cerrar esta entrada me gustaría compartir con ustedes una historia que me motivo a escribir sobre esto hoy.

Hoy tuve la oportunidad por segunda vez en mi vida de ver el campeonato mundial de esgrima para discapacitados. Gente de todas partes andaban por el sitio de competencia con sus armas en una mano  y sus prótesis en la otra. Algunos llevaban su silla de rueda normal y empujaban la silla de ruedas de competencias. Realmente toda una experiencia verlos competir y darlo el todo por el todo desde sus sillas.

Al llegar al hotel, me senté en el lobby a escribir algunos correos y dos de los competidores de sillas de ruedas se encontraron y comenzaron a hablar. Al principio no le prestaba mucha atención. Pero Dios sabe lo que hace, hubo un momento bien específico donde me distraje de los correos y escuché lo que decían. Uno era de Hungría, el otro me parece que era Iraní. Hablaban en un inglés algo tosco pero lo suficientemente bueno para comunicarse. Entonces el Iraní dijo:

“tú jugar y tú disfrutar. No importa si ganar, lo importante es que puedes hacerlo!”

Se me puso la piel de gallina, y tengo que aceptar que se me aguaron los ojos. Que perspectiva de la vida tan impresionante. De la vida, y de la esgrima. Compites por disfrutar. Disfrutas porque puedes hacer esgrima desde tu silla de rueda. Me conmovió muchísimo el comentario. Me hizo reflexionar mucho sobre nuestras ansias de siempre tener un resultado especifico y como dejamos de lado lo que realmente importa, DISFRUTAR!

El 90% de estos competidores han quedado minusválidos después de heridas de guerra (muchos son de Europa del este, el medio oriente, Rusia, china). Son personas que saben lo que es sobrellevar las adversidades, su enfoque es siempre disfrutar lo que hacen y ser agradecidos por poder hacerlo. Son personas que decidieron luchar por un ideal superior a ellos, por su país; y perdieron la habilidad de caminar. Y aun así decidieron darle un nuevo enfoque a su vida y disfrutar todo lo que hacen.

Y deben de saber lo que hacen. El húngaro se acaba de clasificar a los juegos paralímpicos y fue campeón europeo. El iraní juega básquet también y hace esgrima por hobby. Impresionante ¿verdad?

Recordemos que tenemos la opción de aceptar la grandeza de nuestros talentos y disfrutar cada minuto y cada oportunidad de usarlos. Disfrutar cada momento que vives y dejar que tu talento se revele sin darte cuenta.

Vivan en Grandeza
HEJ

jueves, 13 de octubre de 2011

Somos Capaces de superar TODO

Dios no pone ninguna carga sobre los hombros de alguien el cual no está seguro que puede soportarla. 

Esta no es sólo una buena frase con la que retomar la rutina de escribir en el blog. Y de seguro es mucho más que una frase que escucharán de la voz de Russel Crow en la película El Gladiador. Es un buen mantra para repetirse uno mismo cuando la vida pareciera no darte un respiro, cuando pareciera que no te deja avanzar hacia donde quieres o que simplemente pareciera que te de más situaciones estresantes que relajantes o gratificantes.

Como reflexionamos en una de mis entradas anteriores, la vida es un constante sube y baja. Con algunos “bajas” especialmente fuertes, empinados y bruscos y unos “subes” particularmente altos, gratificantes y engrandecedores. 

Poco sentido tiene el quejarse y deprimirse más de la cuenta por lo que pasa (y digo “más de la cuenta” porque yo creo que ciertas cosas hay que vivirlas, y sentir las emociones que vienen acompañadas por ellas, pero hay un punto en el que ya no es necesario). Todo al final se resumirá en cómo veas las situaciones que pasan. ¿Cuál es tú perspectiva sobre lo que pasa? ¿Es un castigo por haber hecho algo mal o una oportunidad para reconsiderar tu estrategia para conseguir lo que buscas? ¿Es oooootra piedra en tu camino o es un nuevo ESCALÓN en la escalera del éxito? ¿Te vas a lamentar o vas a APRENDER sobre ello?

Como diría Randy Gage “Donde hay fe, hay CORAJE”. Coraje para afrontar los nuevos retos. Fe en que saldrán bien. Consciencia de que la vida quiere enseñarte algo para tu bien. Disposición para aprender. Actitud para aplicar el conocimiento. Constancia para mantener la actitud. Y humildad para ser agradecido por esta nueva oportunidad. 

Recuerda, como dice Oprah, “ser agradecido por lo que tienes, así terminarás teniendo más. Si te concentras en lo que no tienes, entonces nunca jamás tendrás suficiente”.

Recuerdo haber estado viendo con mi amor la película Todopoderoso 2 donde Morgan Freeman hacía el papel de Dios donde explicaba como él (Dios) siempre te daba lo que tu pedías. Sin embargo, entre comentarios humorísticos decía algo así como: “¿qué crees tú? Que cuando le pides a Dios porque tu familia sea más unida ¿él mismo las une o te da la oportunidad de elegir entre tu trabajo o hacer actividades que los unan? O cuando le pides fuerza ¿simplemente te da fuerzas de la nada o te presenta retos para que desarrolles la fuerza que luego podrás usar en otras áreas? ¿crees que cuando le pides amor hace que la pareja perfecta llegue a tu puerta o te da la oportunidad de elegir dar todo tu amor sin miedo ni expectativas?” (si bueno, acepto que agregue varias preguntas, pero me metí en el papel de mi amigo Morgan y no lo pude evitar ja!)

Pero más allá del chiste, ¿verdad que tiene mucho sentido? Si al final todo se resumirá a como decidamos percibir las cosas, qué mejor perspectiva que la de aceptar que esta es la respuesta de Dios a lo que hemos pedido, esta es la forma que Dios tiene de hacernos crecer y llegar a donde queremos llegar, es precisamente este el momento de demostrarle a Dios y a nosotros mismos sobretodo; que nos merecemos lograr lo que sea que nos propongamos.

Como diría el gran Napoleon Hill

Esfuerzo y crecimiento sólo llegan a través del esfuerzo y la lucha continua. 

Entonces, ¿decidimos elegir ver la oportunidad para crecer en todo reto? ¿nos proponemos a aprender y a aplicar los nuevos conocimientos? ¿decidimos de una vez que la vida no es para lamentarse si no PARA DISFRUTARLA?

Vivan en Grandeza
HEJ

domingo, 2 de octubre de 2011

La clave para tu Cambio y Crecimiento


“No todo lo que se enfrenta puede cambiarse, pero nada se puede cambiar hasta que se enfrenta.”

En el día a día y a lo largo de nuestras vidas nos encontramos con infinidad de cosas que nos gustaría cambiar. Para los más radicales esto puede significar el cambio de un sistema político, del trato a los animales, de los servicios a los menos favorecidos o la actitud hacia la homosexualidad u otro tabú. En el otro extremo están los que simplemente quieren cambiar de ropa, de carro, de color de pelo, tamaño de senos u otras zonas corporales. 

Sin embargo, para la mayoría de las personas, los cambios más deseados (y quizás más importantes) son de actitudes propias y de resultados. Muchos buscan dejar de lado la ansiedad que les hace subir de peso sin control. Otros buscan cambiar para mejor lo que consiguen en sus carreras y vidas personales. Otros quisieran cambiar la apatía, el miedo o la postergación hacia un proyecto. Podría seguir, pero ya captaron la idea.

“Si no cambiamos la dirección en la que vamos, lo más probable es que terminemos a donde vamos” 
Proverbio Chino

Pero, ¿Por qué cuesta tanto cambiar si tanto se desea?  
Aquí una pista. ¿Alguna vez te ha pasado que cambias la ruta que siempre tomas para ir a tu trabajo, escuela o sala; y terminas perdido o desubicado en un sitio totalmente nuevo y desconocido? ¿O que tal ese día que ibas en caravana con alguien que “conocía” el camino y estabas nervioso porque si se te perdía sería todo un caos llegar a donde iban? ¿O el día que decidiste cambiar y preparar una comida nueva (aun cuando la comida quedo sabrosa, siempre había momentos en los que no sabias como quedaría verdad)?

Bueno, todas esas sensaciones por las que se atraviesa cuando uno se enfrenta a lo desconocido de este tipo de cambios son las mismas cosas que nos detienen a la hora de tomar acción para cambiar en otros aspectos un poco más profundos. Claro, que en los casos de cambios más profundos, las cosas pueden ser tan intrincadas como la sensación de confort emocional que sentimos alrededor de la gente que caracteriza el ambiente del que queremos cambiar (interesante ¿verdad? ¿Te suena a alguna situación tuya?). Todo lo que nuestro cerebro “sabe” que va a pasar nos impide tomar decisiones tan libremente para cambiar. Pero…

¿Y qué pasa con las veces en las que tomamos la nueva ruta y había menos cola? ¿O las veces en las que disfrutaste en la caravana y terminaron teniendo un buen día en su destino? ¿Y qué dices de la vez que la gente hasta repitió tu comida?

Fue bien chévere ¿verdad que si? La satisfacción a largo plazo siempre fue mucho más significativa que la angustia y el nerviosismo a corto plazo. Y he ahí la clave para aprender a cambiar, aprender a asociar y enfocarse en los beneficios y la inmensidad e intensidad de las sensaciones que se experimentarán cuando se haya logrado cambiar para convertirnos y llegar a donde queremos llegar. La sensación de sentirnos en control de nuestras vidas. La sensación de habernos superado. La satisfacción de haber conseguido lo que nos habiamos propuesto. La emoción de saber que otros notan la mejoría en tu vida, carrera, relaciones. La sensación de progreso y crecimiento. La sensación de felicidad. La tranquilidad de saber que has salido de "el hueco". La sensación de ser "el papa de los helados" jajajaja.


“Lo que nosotros somos es el regalo de Dios para nosotros. En lo que nosotros nos convertimos es nuestro regalo para Dios.”

Entonces, ¿qué esperamos para comenzar a cambiar? ¿Qué esperamos para enfocarnos en el placer a largo plazo y así llenarnos de fuerza para soportar esos pequeños “dolores” a corto plazo? (espero que todo lo que esperes sea terminar de leer este blog).

Nuestros resultados aun no han llegado a equiparar la grandeza de nuestras almas y es por eso que seguimos en esta vida, en las situaciones que vivimos y en las circunstancias que experimentamos.

Cambiar  y buscar la expansión máxima de nuestro potencial será siempre “mejor que vivir mecánicamente una vida que es una repetición de repeticiones” (frase de D H Lawrence).

Y entonces, ¿Ya sabes cuales son los beneficios a largo plazo de tus cambios?
Yo si. Terminé de escribir y comencé a cambiar. 

Vivan en Grandeza
HEJ

pd: estas ideas las he sacado de muchos libros que he leido, en especial uno de Tony Robbins, asi como de mi propia experiencia. Compartan sus ideas sobre como facilitar los cambios y aprendamos todos de nuestra sabiduria colectiva. :)