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martes, 18 de octubre de 2011

¿Has estado cerrando la puerta de tu Éxito?


 “Cada obstáculo trae consigo la semilla de un beneficio similar o mayor”

Que alivio es el aceptar que todo lo que pasa en tu vida tiene una razón de ser. Todos y cada uno de esos obstáculos que afrontamos en nuestros caminos siempre están allí para dejar de ser piedras en el camino y convertirse en escalones hacia el éxito.

Y de esta verdad fui testigo nuevamente anoche. Eran ya más de las doce de la noche y aún esperaba recibir un documento el cual debería de haber usado hoy a primera hora. De repente recibí un correo de la persona encargada de esto diciendo que dentro de poco lo recibiría, “un par de minutos” ella dijo. Recuerden, eran ya más de las doce de la noche. El sueño me vencía, así que para mantenerme despierto comencé a ver videos en youtube mientras conversaba con mi amor. Sin darme cuenta, terminé viendo unos videos de un conferencista motivacional especializado en ventas llamado Brian Tracy. Nunca antes le había parado mucho, pero anoche algo en su discurso me hizo prestarle atención. De él escuché una historia interesante, basada en hechos de la vida real, la vida del gran escapista Harry Houdini (quién por cierto nació en Hungría). La historia fue relatada luego de su muerte por su esposa; e iba más o menos así:

Houdini fue considerado como el Campeón Mundial de los escapistas. Era reconocido mundialmente por su habilidad para salir de cualquier caja, liberarse de cualquier cadena, camisas de fuerzas. Solía amarrarse con cualquier cantidad de artilugios y arrojado a una piscina o al mar para luego salir ileso y libre de todo esto. Era uno de los shows más impresionantes de su época.

Cuando estaba en el pináculo de su carrera fue presentado con uno de los retos más importantes de su vida. Recién se había construido en las costas de Gran Bretaña una de las cárceles más modernas y a prueba de escapes que jamás se haya construido. Tenía barrotes hechos de las aleaciones más fuertes, paredes increíblemente gruesas y cerraduras tan sofisticadas e intrincadas que eran prácticamente imposibles de abrir. El reto para Houdini era el de encontrar la forma de salir de la cárcel en menos de una hora. Si lo lograba se le daría un premio de 50 mil dólares (hoy sería equivalente a 1 millón de dólares) y por supuesto mantendría su honor y reconocimiento como el más grande escapista del mundo. Si no lo lograba, o si rechazaba la oferta, pues su reputación sufriría muchísimo y eso era algo que este escapista húngaro no estaba dispuesto a arriesgar, así que aceptó.

Houdini y cientos de periodistas y aficionados se trasladaron a esta cárcel para ver lo que sería el reto de su vida. ¿Es realmente un escapista o es todo un truco? Se preguntaba la gente. De seguro, en la mente de Houdini sólo estaba el deseo ansioso de mantener su reputación y demostrarle a todos que él si iba en serio.

Fue entonces trasladado hacia una celda de alta seguridad, desnudado y encerrado. El reloj comenzó a correr y marcaba el tiempo lentamente corriendo hacia el límite, una hora. La esposa de Houdini cuenta que desde muy pequeño él había desarrollado la habilidad de jugar con las cerraduras de las puertas y abrirlas sin problemas. Así mismo aprendió a esconder en “ciertas partes de su cuerpo” las herramientas que usaría para liberarse. Pues, así fue. Saco sus herramientas y comenzó su rutina de abrir la cerradura.

Totalmente desnudo, parado en frente a la cerradura, con el tic toc del reloj y con sus herramientas en mano manipulaba la cerradura súper sofisticada y de repente CLICK. Lo logré! Dice Houdini, entonces empuja la puerta y nada pasa. La puerta sigue cerrada. Con una mirada de intriga decide volver la cerradura a su posición original y comenzar el proceso de nuevo. Maniobra una y otra vez hasta que de nuevo CLICK. Empuja la puerta y esta vez, nada pasa tampoco. Una vez más regresa la cerradura a la posición original. Varios Clicks escuchó mientras el tiempo corría. El tiempo pasaba rápidamente, estaba exhausto, bañado en sudor y con el tic toc del reloj que cada minuto se hacía más fuerte Houdini seguía intentando, Escuchando clicks una y otra vez, empujando la reja una y otra vez y volviendo la cerradura a su posición original con más frustración cada vez.

Finalmente, voltea hacia el reloj y nota que sólo queda un minuto. Ve sus manos sudorosas, las herramientas se les resbalan de los dedos. Después de un suspiro lleno de decepción, se da cuenta que ha sido vencido. En frustración, deja su cuerpo inclinarse hacia la reja y su frente se apoya de esta hábil enemiga. Y en ese momento, la puerta… se abre.

Lo cierto es que la puerta nunca estuvo cerrada. Desde el momento en que Houdini fue encerrado, asumió que eso fue lo que hicieron “encerrarlo” y se puso a trabajar de inmediato en “abrir” la cerradura. Cada vez que sonaba Click, lo que estaba haciendo era cerrando la puerta. Cada vez que la volvía al lugar original la estaba abriendo. Lo único que lo mantuvo dentro de esta celda por estos largos 59 minutos fue su propia percepción de haber estado encerrado.

¿Acaso no somos así a veces? Nuestra percepción de la situación es que estamos “encerrados” en una situación, que el problema está presente y no hay nada que podamos hacer, que el camino al éxito es intrincado y quizás no es para ti, como es que sigas tropezando con la misma piedra una y otra vez. ¿Suena esto a algún pensamiento tuyo?

Todas estas “celdas” en las que pensamos que estamos están allí solo por una razón. Para demostrarnos que el camino está abierto para nosotros. Que sólo cuando decidamos cambiar nuestra perspectiva de la situación nos daremos cuenta que las puertas están abiertas hacia lo que queremos lograr. Dejemos de cerrar la cerradura con pensamientos negativos, dudas de nosotros mismos o, peor aún, de la sabiduría divina y de la razón para sus designios. Aceptemos que no hay una reputación que mantener, un premio que ganar o un reloj contra quien competir, sólo hay una puerta con una cerradura que está abierta siempre para nosotros esperando a ser empujada. Empujada con alegría, empujada con disfrute pleno de las actividades que hagamos, empujadas con una confianza plena de que lo lograremos. Empujada para mostrar el camino exitoso, dichoso y feliz que estamos destinados a vivir.

Entonces, ¿Cuáles son las celdas en tu vida? ¿Sigues pensando que hay una llave especial para abrir esta puerta? ¿U optas por aceptar que la llave está dentro de ti y que todo lo que necesitas hacer es abrir la puerta?

Vivan en Grandeza
HEJ

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