Tenemos que estar claros!

Tenemos que estar claros en lo que buscamos, para lo que trabajamos y lo que conseguiremos.

La belleza de perseguir un sueño te transforma con cada paso que das. Pero muchos caminamos sin saber realmente a donde es que queremos ir. Sin saber si los pasos nos llevaran. O sin saber si tenemos lo que se necesita para llegar allá.

El campeón se siente campeón desde antes que lo nombren como tal.

Tener un sueño exige mucho más que pensar en una competencia, una medalla o una posición. Tener un sueño es proteger, como una madre a sus hijos, nuestra propia mente. Protegerla de aquellos que hieren tu confianza de conseguirlo y de aquellos que con palabras de incredulidad quieren que vivas una vida más segura con otros sueños. Tener un sueño es convertirse en un pintor que traza en su mente día y noche ese mismo sueño desde infinitos puntos de vista. Que se le eriza la piel de la emoción de conseguirlo como si ya lo ha conseguido. Que escucha las felicitaciones y los gritos de la celebración por haberlo conseguido. Que se ve glorios@ consiguiéndolo. Que visualiza y traza en su mente mil y un veces como será ese escenario tan añorado. Así se sueña un sueño! Así se vive! Así se logra!

Los perdedores y los campeones odian hacer las mismas cosas, la diferencia es que LOS CAMPEONES LAS HACEN.

Tener un sueño te exige trabajo como una colmena a cada abeja, como un hormiguero a cada hormiga, como cachorros hambrientos a sus madres. Tener un sueño es vivir de día y de noche dispuesto a trabajar. Es trabajar cuando otros descansan. Es trabajar mejor de lo que trabajaste ayer. Es descansar cuando sea necesario y luego seguir. Un sueño te pide que sonrías porque llegó el lunes y puedes comenzar a trabajar de nuevo. Pero ojo, no hay buen trabajo sin un control. El ave que construye su nido chequea que cada pajita que coloca está bien puesta, la pone a prueba, y si funciona, continua. Cada vez que trabajes, con ojo clínico, chequea lo que estas obteniendo con tu trabajo y que esa gota de sudor sume y nunca que quite.

La medalla de oro no te cambia, el camino hacia ella si.

Un sueño te pide no sólo trabajo, ni una idea clara en tu mente de lo que conseguirás, si no también de aquello en lo que te convertirás. Un gran sueño requiere de una gran persona. Una persona dispuesta no sólo a trabajar por su sueño, si no a acompañar y guiar a otros en los suyos. Una persona con un gran sueño camina al lado de aquellos que también pueden querer lo mismo porque sabe que el tiempo de cada cual ha de llegar y es distinto. Un gran sueño te cambia, y si el cambio no es para bien, probablemente no es un sueño que vale la pena perseguir.

Vive tu sueño con coraje y valentía, y sobre todo, con confianza. En tus manos está la capacidad de lograrlo sólo si tu corazón le dice a todo tu cuerpo que así es.

Que los oídos de tu mente perciban las malas vibras como una estática lejana y sienta a gritos de un majestuoso coro criollo las palabras de aliento que tu propio corazón te da a cada pálpito!

Vivan en Grandeza,

HEJ